Fue hace ya un montón de tiempo, el día que conocí al chef Josep Maria Masó, a la sazón asombrando de montañas en su restaurante homónimo de Puigcerdà, cuando me contó de sus “pollos enterrados”, una laboriosa receta fantasía compartida de los Pirineos y los pavos americanos del “thanksgiving”. 12 años después, gracias a Miquel Brossa y su esposa Montserrat Carulla, aquel relato deviene plato…
El dia de los “pollos resucitados”. En la Cerdanya con Miquel Brossa y Josep Maria Masó. Por Xavier Agulló publicado en 7canibales
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